[ 30 / 06 / 2024  ]


    Lo bueno de una mañana de domingo a solas es que a veces te pones a pensar en todo lo que has vivido y en todas las personas que te quieren y, en ocasiones, en lugar de sentir cómo te consume la nostalgia mientras quieres tan solo encogerte y ser abrazada hasta desaparecer, acabas escribiendo una carta de amor. Pues, si hay algo que agradecer de los domingos, es que esa sensación de melancolía que acarrean a veces te recuerda lo afortunado que eres. 

    Hace tiempo le escribí a la persona que amo: "el amor es como un jardín". 

    Y razonándolo ahora, creo que es una metáfora muy acertada. Si me pongo a pensar, puedo ver a cada persona que conozco con guantes de jardinero y mono de campo. La mayoría de ellas además seguramente vestirían bastante manchadas y las herramientas que cargarían estarían muy usadas. Me gusta también la idea de que nadie tendría un jardín igual al de otro, pues cada una de ellas tiene sus flores preferidas, colores predilectos y olores que disfruta más o menos. Pero sé que todos mis seres queridos, mantendrían su jardín como un espacio humilde en el que prevalecería más la sensación de confort para sus invitados a que esté repleto de plantas pues, si algo es esencial respecto al amor es que se sienta cómodo y no tanto que se vea rebosante. 

    Me causa mucha ternura imaginar que así es como son las personas amando. Cuidando día a día del jardín que poseen, con esfuerzo y cariño -y sudor y lágrimas, si es que queremos ponernos intensos-, invitando a sus personas favoritas en los días soleados, visitando los jardines de otros con el cuidado de un gato que se acerca a su dueño sin querer despertarlo, tapando a sus plantas mas frágiles durante los días de tormenta y tratando con un poco mas de cariño a aquellas que les cuesta crecer.

    Todo buen amante, y no solo en el aspecto romántico, amante como persona que quiere, que adora, que admira, que ama; todo buen amante es un gran jardinero. Y no porque sepa cuidar perfectamente de su jardín -pues todos nos equivocamos y todos cometemos errores-, no porque plante las mejores plantes ni porque tenga las mejores herramientas; si no porque intenta cuidarlo de la mejor manera y con todo el corazón. Regar, plantar, podar. Cuidar, mimar, abrazar. Ser amado es como sentirse una flor cuidada.